viernes, 6 de mayo de 2011

ASVEPAREA asiste a las jornadas de convivencia que organizó ASVEPAMUR

Socios de ASVEPAREA posando ante el legendario Junker


Momentos de convivencia gastronómica





Cuando habla Miki tocamos a más...









PRIMER CURSO DE PARACAIDISTAS MILITAR DE ESPAÑA

PRIMER CURSO DE PARACAIDISTAS MILITAR DE ESPAÑA
 
CUADRO CON EL NOMBRE DE LOS OFICIALES, SUBOFICIALES Y TROPAS COMPONENTES DEL PRIMER CURSO PARACAIDISMO DEL EJERCITO DEL AIRE Y PRIMER CURSO PARACAIDISTAS MILITAR EN ESPAÑA
OFICIALES 1 " Ramón Salas Larrazábal
2 “ Javier Alario Saubot
3 “ Joaquín Echevarría Bengoa
4 “ Alfonso Villalain Linaje
5 “ Ramón M. López López
6 “ César Mosquera Leirad
7 “ Luis Irigoyen Yurrita
8 “ José Pérez Ramos
9 “ Antonio Linares Mohedanos
10 “ José Pastor Espinosa
11 " José Elboj López
12 “ Manuel Maseda Gracia
13 “ Pedro Galache Sánchez
14 “ Julián Provencio Gómez
15 “ Eduardo Pérez Villamil
 SUBOFICIALES 16 " Eulogio Cuande Moral
17 “ Pablo Fernández del Corral
18 “ Pascual Herrero Sierra
19 “ Severiano Greño Vicente
20 “ José Zaborras Sara
21 “ Santiago Serrano Gracia
22 " José Conde Méndez
23 “ Tomás Gómez González
24 “ José Alcántara Jiménez
25 “ Miguel Romero Cuadrado
26 “ Enrique Martínez Inglés
27 “ Ramón Díez Fernández
28 “ Antonio Álvarez Gracia
29 “ Valentín Fernández Vázquez
30 “ Saturnino Pascual Matute
31 “ Rafael Martín Iglesias
32 “ Alfonso Moraleja López
33 “ Pablo Sánchez Fernández
34 “ Mariano Agudo Alonso
35 “ Jacinto López Sainz
36 “ Juan Torrado Regio
37 “ Joaquín Madole Estévez
TROPA 38 " Teotino Velazco Corral
39 “ Juan Repiso Caneda
40 “ Antonio Cabezas Llobet
41 “ Rafael Jiménez Santiago
42 “ Emilio Domingo García
43 “ Antonio Marín Jiménez
44 “ Pedro Ruiz Vera
45 “ Fidel Udaondo Barrinaga
46 “ Gregorio Ruiz Seco
47 “ Pompillo Garrido Tinaut
48 “ Joaquín Serna Castro
49 “ Jesús Bartolomé Guzman
50 “ Ángel Andújar Illan
51 “ Antonio Delgado Vera
52 “ Miguel Jaramillo Arnau
53 “ Salvador Lapido Dieguez
54 “ Juan Royó Moreno
55 “ José Benítez Fernández
56 “ Juan Castilla Montejo
57 “ Miguel Ruiz Herrera
58 “ Ángel Muñoz López
59 “ Agustín Rodríguez Carnero
60 “ Juan Rosique Gil
61 “ Emilio Santis López
62 “ José Gómez Elche
63 “ José Iglesias Ruiz
64 “ Mariano Benegasi Angiano
65 “ José Fernández Espinosa
66 “ Francisco Martínez Peña
67 “ Grisanto Iglesias Campena
68 “ Pedro Rabasco Gómez
69 “ Mario Cebrián Pedreira
70 “ Ramón Puchades Martínez
71 “ Ramón Caparrós Vivancos
72 “ Juan Bibiloni Vives
73 “ Francisco Quevedo Ponce
74 “ José Luis Arrauz Peña
75 “ Alfonso Come Gómez
76 “ Bernabé Morán Romero
77 “ Manuel Belmont Gómez
78 “ Víctor Real Martínez
79 “ Francisco Inclán Pérez
80 “ Juan Cárdenas Moreno
81 “ Antonio Flores Ortíz
82 “ Secundino Gracias Seijas
83 “ Carlos Llinde González
84 “ Ángel Alejo Vaquero
85 “ Ángel López Hidalgo
86 “ Andrés Cardoso Bestol
87 “ Antonio Vera Solis
88 “ Pablo Ordóñez Gracia
89 “ Pedro Masenti López
90 “ Enrique Viudes Castro
91 “ Félix Gómez Mora
92 “ Justo Rubén Ayerbe
93 “ Enrique Benito Ontalba
94 “ Eusebio Fernández González
95 “ César Gómez Lajara
96 “ Pedro Labailar Sánchez
97 “ Francisco Tomás Sánchez
98 “ Juan Chamorro Rey
99 “ Federico Diego Cue
100 “ Juan Pablo Cruz Cantón
101 “ Alfredo Castro Aguinaya
102 “ Camilo Carrera Gracia
103 “ Fernando Sandobil Pena
104 “ José Bermejo Anada
105 “ José Martínez Robles
106 “ Alfonso Gordones Rossel
107 “ Fernando Acosta Domínguez
108 “ Eulogio González Rodríguez
109 “ José Torres Paz
110 “ Manuel García Segadez
111 “ Manuel de Sanz Ceferino
112 “ Rafael Luque Miré
113 “ Tomás Hernández Lorente
114 “ Pedro Guzmán Ortega
115 “ José Bilonoga Lucas
116 “ Francisco Benedicto González
117 “ Alejandro Garijo Molina
118 “ José Sánchez Yangas
119 “ Andrés Gómez Risueño
120 “ Agustín Rollán Rollán
121 “ Juan Casas Salvador
122 “ José Dacosta Diéguez
123 “ José García Vada
124 “ Aureliano Lozano Juárez
125 “ Antonio Muñoz Velázquez
126 “ José Gómez Chica
127 “ Manuel Gutiérrez Orna
128 “ Miguel Solera Medina
129 “ José Ruiz Mora
130 “ José Antonio Jiménez Roig
131 “ Emilio Arranz Sanz
132 “ Manuel Gómez Rico
133 “ Joaquín del Toro González
134 “ José Iturricha Aguirre
135 “ Francisco Fajardo Ramos
136 “ José Moreno García
137 “ Luis Rodríguez Pérez
138 “ Miguel Ripoll Ibáñez
139 “ Primitivo Blanco Olay
140 “ Narciso Solana Viola
141 “ Santiago Navas Jigó
142 “ Valeriano López Fernández
143 “ Tomás de la Heras García
144 “ Manuel Ruiz Girao
145 “ Manuel Calderón Ruiz
146 “ Juan Escrivá Mezquida
147 “ José Rodríguez González
148 “ José Navajas Alonso
149 “ José Ortiz Rivera
150 “ Herminio Menéndez Sánchez
151 “ Faustino Ruiz Naranjo
152 “ Eugenio Morente Espeleta
153 “ Ernesto Jordán Sevilla
154 “ Antonio Martínez Muñoz
155 “ Antonio Garrido Martínez
156 “ Daniel Martín Hortelano
157 “ Emilio Gómez Monteagudo
158 “ Vicente Diezquijada Beniján
159 “ Francisco Alarcón Verdú
160 “ Antonio Juan Estévez
161 “ Aquilino Prieto Suárez
162 “ José María Aguilar Pino
163 “ José Morán Prieto
164 “ Luis Vernal Allende
165 “ Juan J. Giralde Alcaide

Buscando una ubicación de la Escuela Militar de Paracaidistas

"Buscando Escuela de Paracaidismo"

Tras la entrevista que mantuvo el capitán Salas con el Ministro del Aire González Gallarza y el Jefe del Estado Mayor del Aire Fernández Longoria, se dio el visto bueno para que una comisión formada por el teniente coronel Benavidez, e propio capitán Salas y el capitán Alario, visitasen distintas ubicaciones para futuras Escuelas de Paracaidismo. Sin pérdida de tiempo, dicha comisión empezó su recorrido por toda España, visitando los distintos aeródromos y acuartelamientos que el Ejército del Aire disponía diseminados por la geografía hispana.

Necesitaban una ubicación con unas características especiales, que tuvieran una buena visibilidad, que no estuvieran muy lejos de alguna Maestranza, y sobre todo, que fuera una zona en la cual los vientos no soplaran muy fuertes, ya que estamos hablando de una especialidad a la cual un viento fuerte hacía aumentar seriamente el riesgo de los saltadores. La comisión visitó la mayoría de las bases y aeródromos que estaban en la zona sur y alguna del Este de España, desechando las que ya estaban ocupadas por otras unidades, o que parte de sus instalaciones estaban a medio construir, incluso alguna, como fue el caso de Zaragoza. Fue desechada por el fuerte viento del Moncayo. La comisión se decidió al final por el Aeródromo de Alcantarilla, en Murcia, donde se estaba activando el Grupo de Escuela de Levante, esta situación y las excelentes condiciones climáticas, buena visibilidad y un viento aceptable, hicieron por fín a la comisión decidirse por el lugar idóneo para la ubicación de la futura Escuela.


La Base está situada geográficamente a 1º 12´ de longitud oeste y 37º 59´ latitud norte, su altitud sobre el nivel del mar es de 45 metros. Se encuentra situada a pie del ferrocarril y de la carretera Murcia-Granada. A dos kilómetros de la ciudad de Alcantarilla, y a diez kilómetros de la ciudad de Murcia. Zonas llanas de cultivo rodean al campo de aterrizaje y lanzamiento, tras los cuales discurre el río Sangonera, aunque sin agua la mayor parte del año, a seis kilómetros
Se encuentra el aeródromo de El Palmar, y cerca de allí, la Carretera General que va de Madrid a Cartagena.

(Base Aérea de Alcantarilla)
Todo el terreno es despejado, y únicamente unas colinas de escasas altura se encuentran en el sector noroeste, encontrándose la Sierra de Carrascoy en dirección sudeste, a unos diez kilómetros de la Escuela, las condiciones climáticas son excelente para la práctica del paracaidismo, y las temperaturas se encuentra entre unas máximas y mínimas aproximadamente de 23 y 10 grados respectivamente, son muy pocos los días que amanecen lluviosos o con nieblas. En la Base solo existían cuatro barracones que a duras penas se sostenían sobre armazones; habían sido construidos durante la Guerra Civil para la Aviación republicana, y a todas luces eran insuficientes para albergar proyecto de creación de una escuela. Las primeras necesidades eran la de construir una sala de plegados, y para ello se eligió uno de los barracones que servía como comedor de tropa, haciéndose dos mesas de gran longitud que sirvieron para empezar con las prácticas del plegado de paracaídas, trayéndose el material que disponía la Bandera de Alcalá, cuatro escaleras metálicas para saltar a la lona, tres lona de manteo, y tres colchonetas para la voltereta.


(Lona de manteo)
Con estos materiales y algunos más que se compró pagándose del bolsillo de los profesores, se instaló el campo de instrucción paracaidista en los terrenos que estaban detrás de las cocheras. Se montaron con tubos de hierro unos trapecios para los ejercicios de balanceo y enrollamientos, y se levantaron dos muros escalonados para practicar el salto. Unos días más tarde se montó también la torre de salto, con ángulos metálicos. La pista de aplicación era un
simple campo donde había estado pastando las vacas hasta hacía unos meses, el campo de deportes no existía como tal, y hubo que acondicionarlo todo desde el principio. Gracias a las ayudas de 400.000 pesetas, que iban a cargo del fondo de instrucción se fueron haciendo los primeros arreglos en la Escuela, sobre todo en las instalaciones. No fue hasta febrero de 1.948 cuando la Escuela contó con unos ingresos fijos a cargo del Fondo de Enseñanza.


(Prácticas de Salida)
El sueño se estaba empezando a hacer realidad, ya se tenía el sitio idóneo, sólo faltaba, que viniera el resto de la unidad a ocupar su nueva casa; material idóneo para el salto, y tiempo para poder trabajar, pues las ganas para ello no hacía falta expresarlas. Todos los componentes de la Bandera estaban deseando poder empezar a saltar, pero eso no fue óbice para que la 1ª Bandera de Paracaidistas desfilara el primero de abril en el Desfile de la Victoria delante del pueblo de Madrid y del mismísimo Generalísimo Francisco Franco.
Y lo hacen tan brillantemente que causan admiración, no sólo entre el público, sino que los medios de comunicación de la época, prensa, radio y medios extranjeros alabasen a nueva unidad que acababa de nacer, causando sensación en todos los ámbitos nacionales.


(La 1ª Bandera de Paracaidistas desfilando el primero de abril en el Desfile de la Victoria en Madrid)

La visita a Alcantarilla de la comisión se hizo el 24 de Julio de 1.947, y el 15 de agosto fue publicado en el Boletín Oficial del Aire (B.O.E.A. nº 97) su creación, como ya hemos visto. Los pilares de la nueva modalidad en la Aviación Española estaban sembrados.

El 22 de agosto de 1.947 (B.O.E.A. nº 99) se designaba al profesorado que debería dirigir la recién creada Escuela de Paracaidismo. Es nombrado como Director Jefe el capitán D. Ramón Salas Larrazábal, y los capitanes profesores D. Joaquín Echeverría Bengoa, D. Luis Villalain Linaje, D. Cesar Mosquera, y D. José Espinosa de los Monteros. Unos días más tarde, el 2 de septiembre, todo el personal destinado en la 1º Bandera desde hacía un año, y cuyo mando los ostentaba el capitán Javier Alario, acude a la recién estrenada Escuela de Paracaidismo al realizar el curso, y que sería el primero en esta especialidad que se realizaba en España. El 15 de septiembre, el capitán Salas Director Jefe de la Escuela, da la bienvenida a los 174 hombres que componen el primer curso. Empieza éste con los pobres medios a su disposición, a pesar del interés con que el Estado Mayor del Aire había querido acometer esta empresa.

Había sólo dos grandes cosas por entonces, la ilusión con que alumnos y profesores empezaban, y la gran incógnita de los primeros días. Se designa un viejo Junkers Ju-52 para la Escuela y poco después un Savoia 81, del Grupo de Escuelas de Levante, los dos únicos aviones con le contó la Escuela en sus orígenes; pero es necesario ponerles el cable estático de enganche, y apenas reúnen condiciones para el salto y otros varios habían sido preparados para los paracaidistas en la Maestranza Aérea de León e diciembre de 1,946, pero por considerar que eran necesarios en otros destinos no habían sido entregados hasta entonces.

Los alumnos no pueden realizar vuelos de adaptación, ya que los aviones vienen con los motores muy desgastados y había que reservarlos para el lanzamiento, incluso muchos soldados recibirán su “Bautismo del Aire” el día que suban para realizar el primer salto. Aún quedaba otro problema que solucionar, la herramienta fundamental de todo paracaidista: el paracaídas.


(Dispuestos para saltar)

Pese a los grandes deseos del Estado Mayor, los paracaídas se iban demorando en su llegada a la Escuela. Por todo ello, el capitán Salas consiguió del general Longoria, una Orden para que le fuera entregado los paracaídas que había en el I.N.T.A., diez paracaídas que estaban almacenados en sus talleres, pero que según los ingenieros del instituto, estaban inservibles para su utilización, pues tenían graves deficiencias tanto en la tela como en sus arneses. Dichos paracaídas dados de baja, estaban señalados con un lápiz de color rojo indicando sus defectos, con todo el capitán Salas se los llevó a la Escuela, siendo los primeros paracaídas que entraron por la puerta de ésta, y aún con lamentable estado lo utilizaron en los primeros saltos. Técnicamente, el servicio de plegados adoptó un sistema de anclaje para poder utilizar, además del paracaídas principal, uno de emergencia que iba colocado sobre el pecho.

El primer salto realizado en la recién creada Escuela de Paracaidismo de España, fue el 23 de enero de 1.948, con un día que amaneció gris nublado, y frio, con un ligero viento de SO racheado, alcanzando los 25 km por hora, una humedad del 63%, y 995 milibares de presión según el parte meteorológico del momento, lo cual podía llegar a ser peligroso. El entusiasmo por el primer salto salía a raudales por las bocas de todos los componentes de la Escuela, profesores y alumnos, era el primer salto de este cuerpo recién creado, no se podía fallar pues los ojos del Estado Mayor de Aire, y muchas esperanzas estaban puestas en este primer salto. El avión, un Junkers Ju-52., despegaba a las nueve de la mañana y se fue elevando hacia el cielo gris plomizo, no podía haber ningún fallo. Once oficiales iban en ese avión, once ilusiones puesta en el salto, desde tierra sus compañeros miraban al cielo, pronto verían al primer paracaidista abrirse. Como Jefe de salto va el capitán Salas que ya había realizado dos saltos en Argentina, abajo en la pista quedaron el teniente Villamil y el brigada Corral que tenía ocho saltos. A las nueves horas y quince minutos salta el primer oficial correspondiéndole el turno al capitán Echevarría, que entró en la historia de la Escuela y de Ejército del Aire, como primer paracaidista que saltaba desde que se creara la Escuela, y a la nueve horas y treinta minutos, los otros nueve oficiales, que saltaron, los capitanes Salas, Villalain, Mosquera, Pastor, Irigoyen, y Perez Ramos, y los tenientes Linares, Elboj, Maseda, Galache y Provencio. Tras llegar a tierra se suceden los abrazos y las felicitaciones, y el capitán Salas es llevado a hombros por sus hombres. El primer salto había sido un rotundo éxito. Hay una pausa mientras se plegaban los paracaídas usados en este primer salto, tras la avería sufrida por el viejo Junkers, el resto de oficiales que iban a saltar lo hicieron desde el incómodo Savoi-81 que aún son se había utilizado.


(Salto Histórico, 23 de Enero de 1.948)

Durante los siguientes días, se fueron sucediendo los saltos en paracaídas de los componentes del primer curso. Pero seguían los problemas, como no había suficientes paracaídas, se utilizaban los que se habían usados en la primera tanda de saltos. Una vez que se llegaba a tierra, se volvían a plegar urgentemente para que estuvieran preparados para el siguiente salto; para ello, la Escuela contaba con dos plegadores profesionales, un hombre y una mujer, a los cuales “el trabajo le salía por las orejas”, según palabras de uno de ellos. Con todo este esfuerzo realizado por todos los componentes de la Escuela, el día cinco de febrero, se llegó al récord de saltos, efectuándose 18 saltos ese día. Tras la visita que realizó el Sr. Ministro del Aire González Gallarza, se consiguió que fueran entregados a la Escuela, 100 paracaídas y un equipo de rayos X, pero el atalaje de estos paracaídas no permite la colocación del de seguridad en el pecho. Contra criterio de la casa Sanpere que lo considera innecesario, en la propia Escuela se modifican los atalajes.

Con este pequeño avance se consigue terminar el curso, el día 10 de abril, entregándose el título de “Cazador Paracaidista”, ante distintas autoridades militares. En representación del Ministro del Aire, acude el General Longoria, le acompañan los generales Más de Gaminde, Angulo y White de Santiago, además del Almirante Basterreche. Se entrega el título a 10 capitanes, 5 tenientes, 6 brigadas, 16 sargentos, 7 cabos 1ª, 26 cabos 2ª y 95 soldados. Durante este periodo de tiempo que duró el curso, la Escuela recibió además al Sr. Ministro del Aire, distintos coroneles de las bases adyacentes y la visita de los alumnos del Estado Mayor del Aire. El 20 de abril de 1.948 comienza el 2º curso de paracaidistas. Al cual se presenta 18 oficiales y 145 soldados. Entre estos, se encuentra el capitán Mariano Gómez Muñoz, que más adelante dirigiría la Primera Bandera de Paracaidistas del Ejército del Aire.

Tras este II curso todo empezó a ser más sencillo, se fueron superando las dificultades poco a poco, y los paracaidistas, siendo por ahora la única unidad de instrucción y combate de que dispone el Ejército del Aire, aunque reducido, ya que sus efectivos equivalían a los de un Batallón. Ya por entonces, se empezaban a dictar las primeras directrices de las distintas partes que debería tener el uniforme de salto. En el mes de mayo se formó una junta directiva, que acordó la utilización de un uniforme de dos partes que sustituyera al mono de salto, en su lugar serían sustituidas por dos piezas, pantalón y blusa de salto, una copia de equipo de salto que los paracaidistas alemanes utilizaron en la Guerra Mundial. También se sustituyó el casco de vuelo por una chichonera de salto, y se pidieron a la Maestranza un centenar de tobilleras de cuero, que resultaron de gran utilidad. Serían los alumnos del segundo curso, los que salieran al exterior para demostrar las cualidades de los paracaidistas, fue en San Javier, durante una demostración ante los alumnos de la Academia General del Aire, veinticuatro paracaidistas saltaron ese día.

Hasta el final del segundo curso, la Escuela y la Bandera Paracaidista eran una sola unidad, pero finalizado el segundo curso se decidió el desdoblamiento de ésta. El capitán Salas se quedaba en Alcantarilla al mando de la Escuela, junto a diez profesores y otros instructores, amén de varios profesionales que decidieron quedarse en la Escuela como personal de ella. Mientras la Bandera, como unidad del Ejército del Aire preparada para saltar desde aviones y en perfecto orden de combate, regresa a su acuartelamiento en Alcalá de Henares, al mando del capitán Alario Saubot. Los noticiarios NODO se hicieron eco de la creciente actividad de la Escuela, y filmaron su primer documental el 22 de enero de 1.949, los paracaidistas de aviación salían por fin en la “gran Pantalla”. En febrero recibían nuevamente la visita del Sr. Ministro del Aire, y se efectuó ante él un lanzamiento de 40 alumnos paracaidistas, recibiendo su felicitación. El día uno de abril se desarrolló el Desfile de la Victoria, participando la Escuela con dos Escuadras, recibiendo del Sr. Ministro del Aire una nueva felicitación por su gallardía y perfección.

Alcalá de Henares, el hogar de los Paracaidistas 

El acuartelamiento de la 1ª Bandera de Paracaidistas estaba ubicado en Alcalá de Henares como ya sabemos, pero en esta unidad cervantina además estaba también el Aeródromo de Aviación, pero veamos las instalaciones:

Este Aeródromo fue creado en 1.913, como auxiliar del Aeródromo de Cuatro Vientos, y conocido en medios aeronáuticos con el nombre de “Barberan y Collar”. Está cerca de la vía del ferrocarril, y se utilizaba prácticamente para la enseñanza del vuelo elemental. Durante algunas etapas de la vida este Aeródromo, permaneció cerrado al tráfico aéreo, no siendo utilizado. En el año 1.932, la Escuela de Vuelo Elemental se convirtió en la Escuela de Vuelo y Combate, siguiendo aquí hasta 1.936; cuando la Escuela fue trasladada a otro emplazamiento debido a la proximidad del frente de combate de Madrid. Durante la Guerra Civil fue un Aeródromo de la Aviación Republicana, terminada la contienda fue ocupado por distintas unidades aéreas, así nos encontramos a lo largo de varios años al Regimiento Mixto nº 1, que estuvo desde 1.940 hasta 1.951, al Primer Regimiento de Transportes, desde 1.951 hasta 1.955, y al 28º Regimiento de Reconocimiento, que estuvo desde 1.955 hasta el año de su disolución, que fue en 1.961. Albergó también a la Jefatura de Aviación de Transporte, con las 402 y 991 Escuadrillas. La torre de control que posee este aeródromo de Barberan y Collar, en homenaje a los héroes del vuelo de “Jesús del Gran Poder”. En la Plaza de armas, formada en sus instalaciones y edificios, se celebran todos los actos castrenses tales como juras de banderas, fiestas de la Patrona de Aviación, desfiles, etc., propias de su entidad, en la que siempre participaba la Primera Bandera Paracaidista.


(Acuartelamiento de Alcalá de Henares)

El acuartelamiento de la Primera Bandera Paracaidista está aproximadamente a un kilometro de aeródromo antes citado. El conjunto de edificios que alberga a los paracaidistas tiene forma de “U”, con una plaza de armas en el centro, dicha plaza de armas fue construida por los propios paracaidistas, y en su centro se encontraba el mástil donde se izada y arriada la Enseña Nacional todos los días, y donde se celebraban los actos y ceremonias propias de la Unidad. Originalmente, el conjunto de edificios que alberga a la Bandera estaban siendo construidos para ser ocupados por los alumnos de la Academia General del Aire, cuando se pensaba construir aquí su sede, antes de ser trasladados definitivamente a San Javier, Murcia.


(Plaza de Armas)
Estos edificios están construidos de hormigón con soportales, y que los paracaidistas adornaron con macetas y jardineras para darle un aspecto más acogedor. En el edificio de la derecha y en su planta baja, tiene su sede la Jefatura y las oficinas, además también se encuentran es esta parte del edificio el almacén de masita, la armería y el cuerpo de guardia de la unidad, enfermería y el Hogar del Paracaidista. Y en la parte alta, los dormitorios de la Bandera con capacidad para cuatro Escuadrillas, cada una con su respectiva furrielería, habitación de oficial y habitación del sargento de semana, todos ellos con sus correspondiente aseo.
En el edificio de la izquierda del acuartelamiento, se encuentra ubicada la sala de plegados con su torre de secado, que es la parte más alta del conjunto del edificio. Las duchas, talleres, cocina y comedor de tropa están en la parte baja del edificio. En la primera planta de este edificio se encuentra la Escuadrilla de Servicios de la Bandera.


(Cuartel de la Primera Bandera de Paracaidistas del Ejército del Aire, Alcalá de Henares)
Saliendo del acuartelamiento de la Bandera, y subiendo por un camino en dirección al aeródromo, nos encontramos con un hangar. Este edificio se encuentra aproximadamente entre el aeródromo y el acuartelamiento de la Bandera, dicho hangar no se sabe para qué iba a ser utilizado, y se encuentra a medio terminar, lo único construido son los pilares y el techo, careciendo de paredes. Este hangar lo utilizaban los paracaidistas para practicar la instrucción de orden cerrado cuando las condiciones meteorológicas eran adversas, clases de teóricas, etc. Saliendo del acuartelamiento, se subía en dirección al aeródromo, cuando se iba a saltar había que hacer la subida por el camino llevando todo el equipo, paracaídas de espalda y de pecho, mochila de combate y armamento, unos 50 kg. En total. Pero a veces los aviones que debían efectuar lanzamiento no podían realizarlo por diversos motivos, ya que estos aviones pertenecían al Ala 35 de Transporte de Getafe. Si el avión o los aviones se retrasaban, los paracaidistas sabían que ese día no había salto, también podía ser que las condiciones meteorológicas fueran adversas, motivo por el cual tampoco se saltaba. En este caso se recogía otra vez el equipo, y por el camino de arena se bajaba al acuartelamiento de la Bandera, y para hacer más llevadera la bajada y no desanimarse por no saltar, los paracaidistas cantaban sus canciones. A esos días estos hombres los denominabas “ el día del salto moral”

 (hangar) 

Creación del Ejército del Aire

Nace el Ejército del Aire.
" Primeros intentos de creación de unidades Paracaidistas."

El ejército del Aire fue evolucionando entre 1.936 y 1.939, sin que ninguna disposición oficial ampare su creación como tal. Según la de Ley de 7 de octubre de 1.939, Ley que lo estructuró, aludía en su preámbulo la necesidad de consolidad su existencia, según dicha Ley, el Ejército del Aire, en el que se integró la oficialidad profesional y la de complemento, quedaba constituido de la siguiente forma: Estado Mayor General, las Armas de Aviación y las Armas de Tropas de Aviación, El Cuerpo de Ingenieros Aeronáuticos, los Servicios de Ingenieros, Intendencia, Sanidad, Jurídico, Eclesiástico, e intervención, más los Cuerpos Auxiliares de Especialistas y de Oficinas Militares.

Se crea el Arma de Tropa de Aviación, embrión de los futuros paracaidistas. Este Arma, integrado dentro de Ejército del Aire, nacería el 9 de Noviembre de 1.939, y según el Decreto publicado dice lo siguiente:
La importancia de los servicios que prestan las tropas que guarnecen los campos, edificios y establecimientos propios del Ejército del Aire, que forzosamente y por una ordenada subdivisión de actividades han de estar encuadradas en organizaciones distintas del Arma Aérea, aconsejan reunirlas en un arma especial, aunque manteniendo con aquella enlaces y relaciones que se derivan del armónico ajuste y empleo del Ejército del Aire. En su virtud a propuesta del Ministerio del Aire y previa deliberación del Consejo de Ministros.


DISPONGO:
Artículo segundo.- Al Arma de Aviación corresponde normalmente la guarnición y custodias de los campos, edificios y establecimientos militares del Ejército del Aire y la ejecución de los servicios que por reglamento se le encomienden, formando parte de ella las Unidades de parachutistas que se
 organicen en el citado Ejército para, en unión del Aérea, actuar táctica o estratégicamente en la retaguardia enemiga o donde su acción considere indispensable.

Artículo Tercero.- Las Tropas de Aviación se agruparán en un Mando Superior, cinco Legiones, tres Banderas Independientes, y una Bandera Especial de parachutistas, de estructura y fuerza similar a las unidades análogas del Ejército de Tierra.

Artículo Cuarto.- Todos los pertenecientes a las unidades Parachutistas habrán de proceder del voluntariado.


Se creyó conveniente la constitución de una unidad de paracaidistas, dicha unidad se llamó Primera Bandera de paracaidistas, y acuartelada en el Aeródromo de Cuatro Vientos, mandada por el comandante Zayas, pero al no ser dotada de ningún medio ni tener un programa de instrucción, se disuelve al poco. Las dificultades para conseguir material tan especifico para la unidad, y el no contar con suficiente apoyo, hicieron que realmente la unidad no pasara del papel, sobre todo por las dificultades de una guerra recién terminada, y una mundial que empezaba, Quizás no desapareció del todo, pues aunque no se formó unidad de salto con paracaidistas, la semilla ya estaba sembrada,
pues había gente que realmente estaba interesada por esta nueva Arma que servía para el combate.

Y más desde que empezó la II Guerra Mundial, pues eran seguidas las acciones que los paracaidistas tanto de Alemania como posteriormente del bando aliado, ingleses y estadounidenses, llegaban a una España que había quedado al margen de la contienda. Se siguieron con verdadera devoción todo lo concerniente a las acciones que de un bando y otro llegaban a nuestra nación, las hazañas de los paracaidistas: Greta, Monte Cassino, el Día D, y la Operación Markett Garden; suscitaron la emoción de los que consideraban que el paracaídas era una arma estratégica que podía nivelar la balanza de un bando. En la Academia de Tropas de Aviación, en los Alcázares, se trabajaba activamente en pro del paracaidismo. 

 
(Operación Markett Garden)
Profesores y alumnos, en plan particular, se organizaban y realizaban los ejercicios de entrenamientos que de la lectura de estos artículos, sobre todo alemanes, llegaban a sus manos, aprendiendo su forma de actuar. Se volvió a dar un nombre a la unidad de paracaidistas de España, y fue a la Compañía de Honores de la 1ª Legión de Tropas de Aviación, que se llamó “Compañía de Paracaidistas”, y que nunca llegó a saltar, pues su misión se reducía a rendir honores y prestar servicios.

En marzo de 1.946, un decreto crea la Primera Bandera de paracaidistas, dentro de la Primera Legión de Tropas de Aviación a esta unidad se le da un carácter experimental para que promoviera el paracaidismo en España. Por entonces se integran en dicha unidad que ha nacido, algunos componentes que estaban destinados en la Academia de Tropas de Aviación, ubicada en los Alcázares, Murcia. Por Orden Ministerial de 7 de junio (B. O. A. nº 68) son destinados para cubrir las vacantes en la orden de la fundación, los oficiales: capitán D. Luis Villalain Linaje, D. José Pastor Espinosa de los Monteros, mas tarde, el 28 de agosto de 1.946 (B.O.A. nº 105) los tenientes D. Cesar Mosquera Leirado, D. Víctor Marinero Bermúdez, D. Luis Irigoyen, D. José Pérez Ramos, D. Antonio Linares Mohedano, D. Manuel Maseda, y Julián Provencio Gómez. La Bandera de Paracaidistas cuenta muy pronto con cerca de 300 hombres, en su mayoría del Arma de Tropas de Aviación, aunque también entra personal de otras ramas de la Aviación.

 
(Primeros Paracaidistas Pioneros del Ejército Español)
En Septiembre de 1.946, se les destina al Aeródromo de Alcalá de Henares, donde se estaba construyendo la futura Base que albergaría a los alumnos que aspiraban a ser pilotos, la futura Academia General del Aire, y que abandonaron al poco tiempo para instalarse en San Javier, Murcia.

Los futuros paracaidistas durarán un año escaso en Alcalá de Henares, ya que, las obras de construcción no estaban terminadas, barracones y pabellones se encuentran a medias, están puestos los pilares y los armazones de las obras y los pabellones a medio terminar, esta situación hace que la unidad soporte unas condiciones extremas, aguantando el otoño y el invierno, en unas condiciones higiénicas nada favorables, lo cual repercutía en la moral de la tropa allí instalada, temiéndose lo peor, ya que así volvía a planear sobre sus cabezas el fantasma del fracaso, y quizás tal vez, el de la desactivación de la unidad.

Todos pensaban en lo más negro, sabían que de seguir así las cosas, el proyecto de crear una unidad de paracaidismo podría saltar en pedazos, terminando con las ilusiones de muchos de ellos. Las expectativas del salto tampoco eran muy halagüeñas, al carecer sobre todo de material adecuado, no había paracaídas disponibles y tampoco se podía disponer de aviones para poder realizar el salto.

El primero de abril, con motivos de la fiesta de la Victoria, la Bandera desfila por el Paseo de la Castellana en Madrid, primer acto presentación de la unidad, pero en la mente de estos hombres lo único que hay es la expectativa del salto, aunque de momento no lo haya. Con estas ilusiones rondando sobre las cabezas de estos hombres, siempre con un futuro incierto, llegó el nuevo año.



 (Primera Bandera de Paracaidistas de Aviación desfilando en la Castellana de Madrid)

El 13 de enero de 1.947, el Excmo. Sr. General Jefe d0e la Región Aérea Central ordenó lo siguiente:
1º. A partir del uno de enero la 1ª Bandera de Paracaidistas de la 1ª Legión de Tropas de Aviación pasara a denominarse “ PRIMERA BANDERA DE PARACAIDISTAS”, y se constituirá como unidad independiente.

2º. Dicha unidad dependerá únicamente de esta jefatura en lo referente a instrucción, disciplina, dotación de material, equipo, alojamiento y administración. Su empleo queda reservado al Alto Mando de este Ejército.

3º. Será considerada como preferente en cuanto se refiere al armamento y equipo, del que deberá encontrarse en todo momento dotada al completo con las existencia en el Parque Regional o retirándolas de otras unidades.

4º. Sus necesidades de material, locales, elementos de instrucción, etc., etc. serán consideradas como de máxima urgencia.

5º. Su personal no será designado para ningún cometido que le separe del servicio de armas que le
 está encomendado.

6º. Dicha unidad se mantendrá, en todo momento, al completo de sus efectivos, a cuyo efecto el jefe de la misma, comunicará a este Estado Mayor (1ª Sección) las necesidades de personal que puedan presentarse.

Esta orden da nuevas expectativas de vida a todos los componentes de la unidad, ellos que pensaban que poco más de unos meses les quedaban de existencia, ven con mucha ilusión que su querida unidad pueda salir adelante, dándole más brío a sus quehaceres diarios. Esta nueva inyección de optimismo, esta buena nueva recorre sus venas, como sabia benigna que les da una nueva vida. Y ahora por fin parecía que se les reconocía, ponen mucho más empeño en todo lo cotidiano. Pero aún así seguían sin poder saltar. El 10 de marzo de 1.947, la unidad se traslada al edificio de la Escuela de Transmisiones de Ingenieros Aeronáuticos en Cuatro Vientos, que en la actualidad es la Escuela de Transmisiones, donde las condiciones de vida son infinitamente mejores a las de Alcalá de Henares.


 (Escuela de transmisiones del ejercito del aire, Cuatro Vientos (Madrid) 

Por aquellos años, España se hallaba aislada del resto del mundo debido a una resolución de la recién creada Organizaciones de las Naciones Unidas, ya que nos consideraban un país afín a las naciones derrotadas en la II Guerra Mundial. En estas circunstancias tuvimos que buscar un país aliado que nos ayudaras en la tarea de realización de nuestros proyectos paracaidistas (y en otros aspectos tantos económicos como la ayuda a la población). Ese país fue entre otros la Republica Argentina, hacia este país hermano nuestro, marchó una comisión compuesta por los capitanes Salas y Pastor para ver las posibilidades de aprovechar las infraestructuras que este país poseía, para que a su vez nosotros pudiéramos empezar a realizar los cursos en la Escuela de Paracaidismo en la ciudad de Córdoba. Tras volver a España, informaron al Jefe del Estado Mayor del Aire de la necesidad de enviar un grupo reducido de oficiales para realizar el curso con saltos reales, y a constituir la base de la futura Escuela en España.

A este país fueron enviados el capitán Salas Larrazábal, el teniente Villamil y el brigada Corral, en febrero de 1.947. Aquí siguieron el curso el teniente y el brigada, pero el capitán Salas, a medio terminar su curso, fue requerido urgentemente en España.
Don Ramón partió hacia nuestro país, se estaba organizando una Escuela de Paracaidistas y hacía falta que el que sería director de la Escuela estuviera presente. ¿Pero que estaba ocurriendo en España durante los meses que los tres oficiales estuvieron realizando el curso?
Por aquella época era de Jefe de Estado Mayor del Aire el general D. Francisco Fernández y Gonzales Longoria, y era Ministro del Aire D. Eduardo González Gallarza, cuando se empieza a hablar de unidades de paracaidistas de combate. 

El Boletín Oficial del Ejército del Aire nº 97 en el día 17 de Agosto de 1.947, publicó la siguiente Orden Ministerial:

“Dirección General de Instrucción. Escuelas. Se crea en este ejército, la Escuela Militar de Paracaidistas, cuya instalación se fija en el Aeródromo de Alcantarilla (Murcia), quedando afecta administrativamente a la Mayoría de la Academia de Tropas de Aviación. La misión de estas Escuelas será la formación moral, física y técnica de los mandos y tropas de las Unidades
de Cazadores Paracaidistas, tanto en la ejecución de los lanzamientos, como su especial instrucción militar, a fin de que puedan incorporarse a las unidades en condiciones de proseguir la instrucción colectiva y de aplicación. El profesorado de esta Escuela estará constituido por un Director Jefe, y los Profesores, Ayudantes de Profesores e Instructores necesarios para sus fines, contando además con personal para su administración, asistencia y régimen interior.
 


 (Aeródromo de Alcantarilla, Murcia)
Todo este personal, excepto el de especialista, será de Armas de Tropas de Aviación y se le considerará como destinados en unidades activas. Asimismo les será de aplicación los beneficios señalados en el Decreto de 22 de septiembre de 1.944 (BOEA nº 120) relativo a los devengos del profesorado de los distintos Centros de Instrucción de este Ejército. La Escuela afectará dos cursos anuales de formación de Oficiales, Suboficiales y Tropas, y al final de los cuales se otorgará el título de “Cazador Paracaidista” a los que superen con mucho éxito las pruebas siguientes:

Realización de un mínimo de seis saltos desde avión, de los cuales dos, por lo menos, serán colectivos.
Obtener la calificación de apto en el conjunto de materias teóricas, teórico-practicas y prácticas de que conste el curso.

Los cursos tendrán una duración aproximada de cuatro meses, iniciando la Escuela el primer curso el 15 de septiembre del año actual. Para las prácticas de vuelo y lanzamientos, se afectará una unidad de transporte a la Jefatura del Grupo de Escuelas de Levante, de la cual solicitará el Jefe de la Escuela de Paracaidistas los servicios necesarios. Dado en Madrid el 15 de agosto de 1.947. Firmado el Ministro del Aire J. González Gallarza.

Una Orden Ministerial de 2 de septiembre destina a todo el personal de la Primera Bandera a hacer el curso de paracaidismo en Alcantarilla. Esto era lo que estaba sucediendo en España por aquellas fechas, y por eso la salida tan apresurada y sin poder terminar el curso que tuvo que realizar el capitán Salas Larrazábal, se le estaba requiriendo para dirigir la futura Escuela de Paracaidistas, un gran sueño que a un puñado de hombres los dirigía hacia un gran ideal: el paracaidismo. Al salir hacia Argentina el capitán Salas Larrazábal, se hace cargo del mando de la Bandera el capitán Javier Alario.